18 junio 2013

Cine: "A fin de cuentas puede entenderse como una peculiar historia de amor", Pablo Moreno, director de la película "Un Dios prohibido"

Verano de 1936, inicios de la Guerra Civil española. La película narra el martirio de 51 miembros de la  Comunidad Claretiana de Barbastro (Huesca), deteniéndose en el aspecto humano y religioso de las personas que participaron en este hecho histórico y resaltando la dimensión universal del triunfo del amor sobre la muerte.

Es la primera película española que trata sobre los mártires asesinados durante nuestra Guerra Civil, ¿qué has querido destacar con esta película?
 
Me parece muy interesante la actitud de perdón y reconciliación que mantiene los Misioneros Claretianos acerca del martirio de los 51 miembros de la comunidad. Eso es lo que hemos querido destacar, esta no es una película de buenos y malos, es una película sobre la vocación, hasta dónde puede llegar una persona por defender algo que forma parte de su propia persona. A fin de cuentas puede entenderse como una peculiar historia de amor.
 
¿Qué has aprendido con "Un Dios prohibido"?
Muchísimas cosas, para mí esta película ha sido un aprendizaje continuo. Pero la historia me ha hecho plantearme muchas veces, si yo sería capaz de luchar y mantener la coherencia como la mantuvieron los chavales de la película. 
 
¿Qué crees que nos dirían hoy, en nuestra sociedad, los mártires de Barbastro a quienes siguen atacando a la Iglesia en nuestro país y amenazando en ocasiones a cristianos?
 
Si somos cristianos, tenemos que actuar como cristianos, y actuar como un cristiano no es ir buscando la confrontación, actuar como cristiano es tolerar, es comprender, es aceptar y ayudar al otro aunque no piense y no sea igual que tú. A veces hay que poner la otra mejilla. La mejor palabra que puede decir un cristiano hoy se tiene que traducir en acción caritativa, el ejemplo de una vida coherente y comprometida, ausente de palabras y ritos vacíos. Eso ayuda a afrontar los ataques, todos queremos hacer del mundo un lugar mejor, por eso hay que buscar el diálogo y los puntos en común.
 
Miles y miles de cristianos siguen muriendo cada año por su fe en todo el planeta, ¿qué sentido tiene el martirio para nosotros jóvenes de países del llamado primer mundo?
 
Lo primero, hay que dar gracias por vivir en una sociedad democrática, y que podamos creer en lo que queramos sin ser perseguidos, encarcelados y ajusticiados. Es complejo todo lo relacionado con el martirio, las persecuciones pueden ser por temas muy diversos, algunas tienen trasfondo económico, otras político o ideológico. Nadie debería ser perseguido por sus ideas en ningún lugar del mundo. Los jóvenes cristianos del primer mundo debemos salir a ese mundo sin miedo, Cristo es un aval más que fiable, su única norma el amor, desde esa perspectiva todo es posible.

Fidel Mateos

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