16 junio 2013

Entrevista a Fernando de Haro sobre su último libro: "El lector joven se sentirá muchas veces conmovido y acompañado por personas muy normales que han convertido lo heroico en cotidiano"

En un mundo cada vez más preocupado por no ofender a la religión musulmana ni a la judía, poco se habla de la persecución a la que son sometidos a diario los cristianos en diferentes puntos del planeta. Y es un dato preocupante: más de 100.000 cristianos son asesinados en el mundo al año por razones de su fe.

Fernando de Haro, autor de "Cristianos y leones" (Planeta)recorre en este vibrante libro los rincones del planeta en los que arrecia la persecución a cristianos: Irak, Egipto, Pakistán, India, Níger, China, Turquía y Marruecos y las pequeñas comunidades cristianas que allí viven aparecen retratadas. Por estas páginas desfilan héroes silenciosos, gente corriente que se ha visto obligada a pagar un precio muy alto por ser fiel a lo que cree.

¿Qué vamos a encontrarnos en su libro "Cristianos y leones"?

Una contribución a romper la cortina de silencio que esconde la persecución de los cristianos en el mundo, una persecución que provoca 100.000 muertes al año. El asunto del libro no ocupa páginas en los periódicos, no es objeto de estudio por los analistas internacionales. Si acaso se refleja de un modo colateral. Los medios occidentales tienden a minusvalorar la cuestión porque lo consideran un problema ideológico, acaso moral. Si el medio es progresista, a sus editores les suena a una cuestión de gente de derechas y no conviene darle mucha cancha. Si hablamos de una radio, una televisión o un periódico relativamente independiente, lo cierto es que no saben cómo tratarlo: no es una información fácilmente clasificable. Así que también acaban por silenciarlo. Es un tema que no cabe en los esquemas ideológicos habituales del nuevo milenio, no está dentro de las categorías derecha-izquierda, pobres-ricos, y ese largo etcétera que tan bien conocemos.
 
En un mundo occidental y acomodado también en la vivencia de la fe, ¿qué tiene que ver con nosotros jóvenes, la matanza en la actualidad de tantas miles de personas por ser cristianas?

Las  páginas del libro  están plagadas de relatos de hombres y mujeres que sufren atentados, que tienen que dejar sus casas, que saben que van a morir. Son fieles, son pacíficos. Son, en muchos casos pobres de solemnidad, pero son grandes y te hacen reconocerte a ti mismo grande. Es sorprendente que en muy pocos casos hayan respondido con violencia. El lector joven se sentirá muchas veces conmovido y acompañado por personas muy normales que han convertido lo heroico en cotidiano.  
¿En qué ha cambiado la manera de mirar su vida desde que escribió el libro?

Trabajar en este libro me ha enseñado tres cosas. La primera es que la persecución tiene dimensiones enormes, se sea o no se sea creyente  se puede reconocer que es una de las mayores tragedias de este comienzo del siglo XXI. Una tragedia que cuestiona el mundo que estamos construyendo. 
La segunda es que los cristianos están en el centro de la historia. Hay persecución allí donde se decide algo esencial. Donde está en juego el futuro de Asia, la configuración de Oriente Próximo o la evolución de África y América Latina. No porque en esos puntos los cristianos tengan poder. Sino porque su vida es incómoda para quien realmente lo tiene. La libertad de los cristianos es esencial. No solo para los cristanos. En realidad es una especie de termómetro que mide si un régimen económico o un régimen político, un modelo de convivencia, se están construyendo en contra o a favor de las personas. 
 Y la tercera es la sorprendente belleza de la vida de esta gente. 

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