Emoción, gratitud y responsabilidad son los sentimientos comunes de los doce jóvenes que han tenido ocasión de almorzar ayer con el Papa Francisco, en el palacio Episcopal de San Joaquín de Río de Janeiro. La brasileña Alina Ranny Bompet, una de las presentes, declaraba a Europa Press: "Ha sido la mayor experiencia espiritual de mi vida. Nada se puede comparar".
Emoción, gratitud y responsabilidad son los sentimientos comunes de los doce jóvenes que han tenido ocasión de almorzar ayer con el Papa Francisco, en el palacio Episcopal de San Joaquín de Río de Janeiro. La brasileña Alina Ranny Bompet, una de las presentes, declaraba a Europa Press: "Ha sido la mayor experiencia espiritual de mi vida. Nada se puede comparar".
En el grupo que tuvo ocasión de almorzar con el Papa se encontraba un compatriota, Marcelo Galeano, de 23 anos. Con él, otra sudamericana, la colombiana Paula García. También había dos norteamericanos, Danielle Danowski de Estados Unidos y Luis Edmundo Martínez, de México; dos europeos (Filipe Teixeira, de Portugal, y Anne-Sophie Peiffer, de Francia); dos asiáticos (Polina Grigorieva, de Rusia y Senukshan Colombas , de Sri Lanka), dos oceánicos Thomson Philip de Nueva Zelanda, y dos brasileños: Josephine Yostira y la citada Alina Ranny. En principio, se trataba una pareja por cada continente, pero los africanos fueron sustituidos por latinoamericanos. "Sé que estaban invitados los de África, pero no sé por qué no acudieron", manifestó el portavoz vaticano Federico Lombardi en rueda de prensa.